viernes, 10 de junio de 2011

EL SISTEMA CAPITALISTA, por Adrián Corbella (para "Historia para Todos")

  
  El capitalismo es un sistema socio-económico basado en la propiedad privada de los medios de producción (tierras, fábricas, maquinaria, etc.).
  En un sistema capitalista “puro” (y por ende teórico) la sociedad tiende a dividirse en dos grupos sociales contrapuestos : los propietarios de los medios de producción (los “capitalistas”), y los no propietarios (“trabajadores”) que venden su fuerza de trabajo en el mercado al poseedor de dichos medios de producción.
  En la práctica, en toda sociedad capitalista estas clases coexisten con otros grupos sociales: pequeños propietarios, profesionales, campesinos que no contratan mano de obra pues poseen propiedades muy pequeñas, pequeños comerciantes, etc. (“clase media” o “pequeña burguesía”).
  El pensador alemán Karl Marx , quien realizó en su libro “Das Kapital” (El Capital) una crítica muy profunda de la sociedad capitalista de la segunda mitad del siglo XIX, llamó “Burguesía” a la clase de los propietarios de los medios de producción, y “Proletariado” a la que carecía de ellos y vendía su fuerza de trabajo .
  El funcionamiento del sistema capitalista es complejo. La relación laboral entre capitalistas y proletarios genera la aparición de la “plusvalía”, que es la diferencia entre el salario del obrero y la ganancia que este trabajo produce realmente al capitalista. Esta plusvalía permite al empresario la acumulación y reproducción del capital, es decir, su reinversión productiva. Esto diferencia al capitalista de las clases dominantes de otras  épocas : mientras que el noble del siglo XVIII gastaba (o derrochaba) las rentas que le producían sus propiedades, el burgués del siglo XIX reinvierte las ganancias de sus empresas, buscando así un mayor beneficio en el futuro.El objetivo del capitalista es, entonces, lograr la maximización del beneficio propio. Para lograr esto depende de dos factores : sus costes de producción (salarios, energía, impuestos, etc.) y los precios del mercado .
  En un sistema capitalista, los precios se fijan libremente en el mercado, siguiendo la ley de la oferta y la demanda  (esto también se aplica al “precio” del salario, al que se considera un “producto” más, que el trabajador “ofrece” en el mercado). Criticando este sistema, Marx elaboró el concepto de “Ejército industrial de reserva”. Para el pensador alemán, la existencia de una amplia masa de desocupados (el “ejército industrial de reserva”) resultaba vital para el sistema capitalista, porque estos obreros sin trabajo aceptaban salarios más bajos, deprimiendo los sueldos en el mercado y favoreciendo la maximización del beneficio.
  Como ya señalamos, el capitalismo tiende a la acumulación del capital, es decir, a su concentración en pocas manos. Esto se logra tanto a través de la competencia, como a través de prácticas monopólicas u oligopólicas . Durante estos procesos de concentración de capital, la sociedad capitalista se polariza : la burguesía acumula más riquezas, los trabajadores se empobrecen, y la clase media se proletariza total o parcialmente.
  El sistema capitalista surgió en Europa, y su crecimiento acompañó la desintegración del feudalismo. En el siglo XIX el capitalismo ya era sin lugar a dudas el sistema socio-económico dominante en Europa y en los continentes que eran o habían sido colonias de los europeos. La expansión colonial europea, norteamericana y japonesa en el período 1815-1914 universalizó el
sistema.
  El sistema capitalista sufrió a lo largo de su historia varias crisis generales ; dos de las más importantes fueron las de 1890 y 1929, que afectaron gravemente a la Argentina.
La Revolución Rusa de 1917 estableció un sistema socio-económico rival, el comunismo, en una parte importante del globo terráqueo. Los comunistas rusos se inspiraron, para crear su sistema, en las obras de los alemanes Marx  y Engels, y en las de los líderes del PCUS (Partido Comunista de la Unión Soviética) : Lenin, Trotsky y Stalin .
El comunismo plateaba la necesidad de quitar los medios de producción de manos de los burgueses, para entregarlos a toda la sociedad (en la práctica, al Estado). Desde el punto de vista político se planteó la necesidad de establecer en forma provisoria una “dictadura del proletariado” hasta tanto la victoria de revolución fuera plena, y se estableciera un sistema con igualdad política, social y económica (al que llamaban comunismo). En la práctica los sistema comunistas generaron Partidos muy burocratizados, y una eternización de la fase provisoria de dictadura (hecho favorecido por el enfrentamiento con los poderes occidentales).
  El fin de la Guerra Fría significó también el final de la URSS y del comunismo soviético. Los estados herederos de la antigua Unión Soviética (Rusia, Ucrania, Estonia, Letonia, Lituania, Armenia,  y otros) han adoptado nuevamente el sistema capitalista.
  Sin embargo, sobre el fin del milenio todavía existen gobernantes que se proclaman comunistas (aunque acepten cada vez más la presencia de capital extranjero y de procedimientos propios de la “economía de mercado”) en varios países del mundo , como por ejemplo China, Vietnam, Cuba y Corea del Norte.

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